Petroperú, bajo la presidencia de Alejandro Narváez, ha situado al 2025 como el año clave para revertir su situación financiera: la estatal proyecta un flujo de caja operativo positivo de US$ 5 000 millones, consolidando su recuperación tras cifras negativas recientes. Narváez calificó este periodo como un “escenario ácido, duro”, en el que la petrolera deberá empatar o marcar un gol, antes de apuntar hacia la estabilización en 2026‑2027 y la expansión plena entre 2028‑2030.
Narváez adelantó que el flujo operativo subirá a unos US$ 5 800 millones en 2026, consolidando la estrategia de recuperación financiera en curso . Además, hace énfasis en que sin un rumbo claro, difícilmente se alcanzarían estos objetivos: “sabemos a dónde queremos llegar” aseguró.
Aunque en 2024 Petroperú cerró con una deuda neta cercana a US$ 6 000 millones y una pérdida de US$ 774 millones (menos negativa que la estimada de US$ 1 030 millones), Narváez reiteró que no hay solicitud de “salvataje” estatal, y que las medidas se orientan a un reperfilamiento de deuda, es decir, reprogramar los pagos sin nuevas ayudas directas.
Expansión internacional
Narváez confirmó la aprobación de Upland Oil & Gas como socio estratégico para operar el Lote 192, ubicado en Loreto, a través de negociación directa tras una licitación desierta. La asignación estará sujeta al análisis de Perupetro. Esta alianza, junto al crecimiento de exportaciones a países como Brasil, Bolivia y Ecuador, forman parte de la estrategia de expansión exterior.
Narváez reconoció que Petroperú enfrenta presiones macroeconómicas, como la alta tasa de interés, que encarece su financiamiento. En respuesta, se han implementado recortes del 30 % en costo operativos, se identificaron activos no estratégicos para venta y se mantiene un plan de auditoría forense sobre la Refinería Talara.
Escenario futuro
La visión de Petroperú para los años 2028‑2030 es clara y ambiciosa: consolidar su recuperación plena, recobrar participación de mercado y fortalecer su presencia en hidrocarburos, incluyendo producción nacional y alianzas estratégicas. La independencia frente a un rescate, la reestructuración de deuda y el enfoque en crecimiento sostenido son fáciles de distinguir en el plan de Narváez, basado en transparencia financiera, alianzas clave y reordenamiento operativo.